Esta semana leemos la parashá Lej Lejá, donde Di-s le dice a Abraham: “Vete por ti (lej lejá) de tu tierra y de tu lugar de nacimiento y de la casa de tu padre a la tierra que Yo te mostraré” (Génesis 12:1). Rashi nos enseña que esta frase implica que Abraham debía partir para su propio beneficio. Reflexionemos juntos: ¿cómo podría dejar atrás todo lo conocido ser realmente bueno para él?
La Torá nunca habla en vano. Cada palabra tiene un propósito. El mensaje de lej lejá nos recuerda que aquello que es verdaderamente para nuestro beneficio no siempre es cómodo ni fácil. Al igual que Abraham enfrentó diez pruebas que revelaron su potencial más elevado, nosotros también encontramos desafíos en nuestro camino que, aunque difíciles, nos acercan a nuestra mejor versión y nos permiten cumplir nuestro propósito en este mundo.

Hoy, más que nunca, es importante recordar que Di-s, en Su infinita sabiduría y amor, dirige cada evento de nuestras vidas para nuestro beneficio último, incluso cuando las pruebas vienen envueltas en dificultades. Si aprendemos a reconocer que cada desafío es una oportunidad para crecer, fortalecer nuestra fe y confiar plenamente en el Eterno, podremos abrirnos a las bendiciones que a veces llegan de maneras inesperadas.
Los invito, queridos hermanos y hermanas, a reflexionar sobre un desafío reciente en sus vidas y a identificar aquello positivo que surgió de él: una lección aprendida, un valor fortalecido, o una nueva perspectiva. Así, al igual que Abraham, podremos superar nuestras pruebas con fortaleza y gratitud, conscientes de que todo lo que recibimos es realmente para nuestro beneficio.













